Cerro El Cacao

Son pocas las personas que conocen el Cerro el Cacao en Margarita.

El Cerro el Cacao es una montaña que está al Noroeste de la isla, entre los pueblos de Pedro González y Aricagua. Tiene aproximadamente 480 mts sobre el nivel del mar, su temperatura promedio es de 24 grados, y siempre está verde en la cima. La cima es una galería de plantas, no se lo pueden imaginar.

Para llegar al Cerro el cacao hay varias subidas, una por Manzanillo y otra por Pedro González.

Hay que conocer tal majestuosidad, pasan un día diferente y verán cómo se sienten después de realizada la aventura.

Nunca vayan solos a las montañas, no vaya a ser que se me pierdan por ahí. 

Asdrúbal Cedeño, por ejemplo, es un baquiano de la zona anoten su teléfono 0416 1973791 y 0295 9883980, ténganlo por ahí para que los lleve sin pérdida ninguna en caso de que quieran ir en otra oportunidad.

Subiendo el Cerro el Cacao disfrutaremos de terrenos xerofitos y de bosques húmedos y pre montanos. Todo en la misma excursión.

Uno de los atractivos de esta excursión son las vistas.

Hay un punto donde se ve clarito toda Playa el Agua y la inmensidad de los Frailes. Bajando nos acompañara la vista de la impecable Costa Norte de la isla. La subida a este cerro es deliciosa, ya llegando a la cima van a encontrarse con el bosque húmedo más bello que yo he visto en mi vida, miren las hojas de esas plantas son gigantes, preciosas, inmensas! Como Recorrido por Margarita reafirma la relación con la naturaleza, esta subida al Cerro El Cacao nos convertirá en observadores permanentes, visionarios, conocedores del oráculo de la isla, seres intuitivos, hacedores y creadores. Este recorrido suscita una vida vibrante en el mundo exterior y en el mundo interior.

Otro de los más conmovedores atractivos es encontrarse con Rafaela, la mama de Asdrúbal a quien les recomiende como guía, porque Rafaela es una margariteña gentil y adorable,  que sube con su burra que se llama Chora, hasta un conuco que tiene en la cima y ofrece cafecito en tapara para que lo saborees mientras te sientas a descansar entre onotos y aguacates viendo al mar. Nada como ese momento de paz.

Rafaela tiene arriba un fogón de leña en el que puede prepararl una parrillita o un sancocho si ustedes antes han tomado la previsión de contratarla e informarles que van a subir hasta el conuco.

Esta también el conuco del Sr. Adolfo que tiene un árbol de mamey súper frondoso, como de 200 años. No sé si tendremos la suerte de encontrarnos con ellos pero ahí les va el dato.

Yo les recomiendo con los ojos cerrados que las personas que gusten de subir montaña hagan este paseo precioso y variadísimo en su ecosistema. A mí que me encanta subir montaña les digo que en Margarita pienso que esta es la más completa en todos los sentidos.

Según los conocidos, esta montaña es ¡lugar de energía pura! Y va desde un sector xerófito a un bosque de galería.

También en el Cerro el Cacao hay un sector llamado “el Valle” donde uno se encuentra con Paula y Simplicia, dos margariteñas preciosas que con sus manitos de arañita tejen mapires desde antes de que les saliera la primera arruga. De verdad les digo que estos recorridos lo llenan a uno de vida. Amo locamente a las personas que no tienen ninguna instrucción académica porque son profundamente sabios. En recorrido por Margarita eso de intercambiar la vida con esas personas es una inmensa suerte. No sé lo que es el desprecio por el color de la piel o por la ausente preparación académica. Conducta que le debo a mis padres y a mi formación de hogar. Qué suerte!

La subida hasta la cima son como tres horas, Ustedes dirán: “!tres horas de subida!” Noooooo… yo no voy! Es verdad, la subida podría ser agotadora pero vamos a ir piano piano, iremos  observando y disfrutando, así que verán arañas monas, panales de jejenes que al comerlos saben a menta, brómelias… hay una parte del camino donde la hierba les dobla el tamaño en altura y los cubre completamente, pasar por ahí es súper estremecedor… así que aunque no me lo crean, de repente y sin agonía ninguna llegaremos a una de las selvas húmeda más bellas que he visto en  mi vida con vista al mar donde compartiremos todo lo que llevemos al tope de la montaña…

Asdrúbal me cuenta que se llama cerro el Cacao porque estas familias dueñas de esos terrenos preparando la tierra para la agricultura encontraron varias semillas de cacao. Pero hay que abrir camino para llegar hasta donde realmente se puede conseguir, así que no esperen encontrarlo durante el recorrido.

Yuca, maíz, café, aguacate, naranja, mango, onoto y el Copey de Cholo son indicadores de que se están llegando al final de la excursión. También hay 2 manantiales pequeños uno para beber y otro para lavar los corotos.

Viendo al mar y disfrutando de la hermosura de la montaña ya ustedes habrán subido ese mágico cerro.

Después del merecido descanso y comenzaremos el descenso que va por un sendero angosto y sin dificultad, lo más sabroso es que bajaremos siempre mirando al mar, disfrutando de la Costa Norte de esta sublime belleza. Si logran ubicar mentalmente la parte de la Costa Norte que en la montaña parece un jardín, por ahí bajaremos. Sabrás que estas por llegar abajo porque el sonido del reggeton te volverá a la realidad.

A los que se animen, les recomiendo lleva agua potable, ropa ligera, preferiblemente camisa de licra y pantalón largo, gorra o sombrero, protector solar, zapatos cerrados y cómodos y por supuesto agua y algo para comer arriba. Un sanduchito o dos, barras energéticas, rutas secas, huevitos hervidos, que se yo. Solo se que cada vez que vamos los morrales parecen el maletín de Mary Popins, comienza a salir de todo y todos comemos maravillosamente.