jueves, 5 de mayo de 2011

Gracias Dios!

Gracias Dios mío querido!

Mil gracias por permitirme vivir en una isla rodeada de pura felicidad, donde el verano
es eterno y la respiración profunda se torna azul.
Donde veo bandadas de pelícanos que al volar me enseñan a continuar, respirar y soñar.
Donde nacen tortuguillos que se entregan a la alegría de la vida con inocencia y vitalidad.

Gracias Dios porque me llenaste la isla de increíbles peces, grandiosos delfines, equilibradas gaviotas, cangrejitos fuertes y desinhibidos y de gente bella que cree en la armonía y busca la paz. Gracias porque nos visitan millones de personas, de todas partes del mundo y se van queriéndola, añorándola, deseándola y hablando de ella como se habla del amor, sin poderla explicar.
Dirige mis manos para escribir acertadamente, para poder explicar que estas playas son fortunas de
nuestros hijos, nietos, bisnietos y todas las generaciones venideras, que son tesoros.
Que pueda expresar que tenemos playas para echarse y no pensar, para sifrinear y lucir las lolas, para dejar vagar deseos y pensamientos que en un clic se convierten en realidad, playas donde
los el cabello se enchicha y no importa ná, playas para enamorarse y para enamorar, playas para meditar, profundizar y hacer el amor con tu alma de solamente respirar.
Tenemos en Venezuela una isla que es mujer, y es difícil saber dónde termina el delirio y dónde comienza la realidad.
Queremos que seas feliz, que tus hijos jueguen en la arena, que camines confiadamente, que las tortugas pongan huevitos, que nuestros delfines bailen a tu son, que la virgen te bendiga con sus milagritos y siga alimentando almas y que nuestros pelícanos dejen su magia sobre tu espíritu y sigan volando en bandadas gritando libertad.
Yo quiero que mis nietas, bisnietas y demás generaciones descansen en estas playas, se relajen
y se encuentren a sí mismas como me enseñó la isla hacerlo a mí.
Es fácil. Muy fácil. Solo siéntela y respétala.
¡Ámala como a ti mismo!
Aquí en Margarita puedes ser gordita, flaquita, tímida,
divertida, con el cabello liso o crespo, aquí puedes ¨ser¨.
¡Y tú!, macho vernáculo egresado de Plutón, que nadie te entiende, aquí puedes ser: tierno, sexual, manganzón, profundo, tímido y mentiroso. Todas te adorarán y tendrán un piropo para ti.
Los lugares y sus historias te acogerán, aliviarán tus penas y recuperarás la compostura.
Bailarás, te asombrarás y vivirás.
Margarita o mejor dicho
Paraguachoa - como la llamaron los indios Guaiqueries es una isla que deja que se te vea el alma.

Demasiado hermosa para ser verdad.
¡Vamos a cuidarla!

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